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Lo que se pierde tu pelo si dejas de comer carne roja

A juzgar por la cantidad de “memes» que han invadido nuestro móvil en los últimos días y las miles de entradas y comentarios en redes sociales y blogs, sin duda “la maldición de la carne roja” ha sido el tema estrella de la semana.
 
El pasado martes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hacía público un estudio, realizado por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, en el que se aseguraba que el consumo en exceso de carne roja y carne procesada aumenta considerablemente el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer, como el de colon, el de próstata o el de páncreas.
 
Sin duda, la OMS nos ha dado donde más nos duele… Nuestra maravillosa carne roja y nuestros embutidos, nuestro jamón, único en el mundo, se han puesto en entredicho. Han pasado de ocupar un lugar privilegiado dentro de la saludable Dieta Mediterránea a quedar hechos trizas…
 
Porque el término “procesada” abarca mucho… Se refiere a cualquier carne que ha sido tratada para  mejorar su sabor o su conservación, a través de métodos como la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado… Y esto, claro está, no afecta sólo a la carne de res, sino también al cerdo y las aves, etc.
 
Así que se acabaron las salchichas y las hamburguesas, pero también la carne enlatada, las salsas a base de carne, los embutidos y, por supuesto, ¡el jamón! Toda una desgracia nacional…

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¿Más riesgos que beneficios?

 
Ante esta cruzada contra la carne roja y el tremendo impacto que ha provocado, ya son muchos los expertos en Nutrición que se han parado a analizar, valorar y cuestionar los resultados de este informe.
 
Y es que, por ejemplo, se habla sólo de los efectos negativos que la ingesta EXCESIVA de este tipo de alimentos puede conllevar para nuestra salud, sin mencionar sin embargo los grandes BENEFICIOS que un consumo moderado y racional de los mismos puede aportar a nuestro organismo. 

¿Tiene alguna relación la ingesta de carne con la salud del cabello?

 
Pues, aunque parezca una pregunta extraña, la verdad es que así es. Por ejemplo, y por seguir con nuestro producto más internacional, el jamón cuenta con un alto contenido en  vitamina B1, lo que le convierte en un alimento recomendado en épocas como la lactancia o en períodos de recuperación de una operación, en los que el desgaste de Vitamina B1 es mayor. Además, es una buena ayuda contra la depresión y el estrés, causas en muchas ocasiones de la caída del cabello.
 
Proteínas, oligoelementos como el hierro, zinc, el magnesio. Vitaminas como la B1, B2, B3, B5, B6. Aminoácidos como la cistina, metionina, cisteína, taurina… Todos elementos indispensables para la salud de nuestro cabello, y todos presentes en las carnes rojas.
 
Por poner un ejemplo, y como explica el Dr. Juan Carlos Vázquez, Licenciado en Medicina y Cirugía, Master en Cirugía Estética y experto en Nutrición y Dietética: “La dureza y fortaleza del pelo depende de la síntesis de proteínas (Queratina) dentro de las células de la matriz, a partir de aminoácidos obtenidos mediante la ingesta de proteínas de la carne. Una falta de proteínas aguda en nuestro organismo puede provocar que el porcentaje de pelo en fase anágena (o de crecimiento) disminuya por debajo de un 26-30%”.
 
Seguro que, después de leer todo esto, te vienen a la cabeza términos como moderación, lógica, equilibrio y, sobre todo, sentido común.
 
Así que, si no estás dispuest@ a renunciar a la carne roja, no tienes por qué hacerlo. Un poco de sentido común te ayudará a cuidar tu salud y a seguir disfrutando de un pelo fantástico y bien alimentado.